Es la oportunidad más importante de la vida que acaba de terminar: la hora de aprender, la posibilidad de seguir viniendo a esta Tierra para ser mejores ALMAS o la de ir hacia la unión con el ALMA ÚNICA Y COMÚN.
Si nosotros lo necesitamos y ellos también, seguiremos reencarnándonos cerca de nuestros seres queridos para aprender y ser buenas almas. Sino, será la hora de dejarnos partir, porque la ayuda mutua fue entregada y es tiempo de encontrarnos con otras almas. Con este pensamiento no se pide egoístamente que el que acaba de partir vuelva a nosotros, sino que se acepta y comprende el viaje de sabiduría que tiene que continuar el ser querido, y se espera de todo corazón que el paso por esta vida haya sido fructífero y esclarecedor en la mayor cantidad de aspectos posibles.
Morir es dejar el cuerpo que siente dolor y placer para reencontrarse con el alma sabia que hace de nosotros una parte de este universo. Es entrar en la dimensión en que no somos nadie porque sólo somos nosotros mismos, en estado de pureza, amor y energía.