"PERO EL MUNDO SOLO CAMINA HACIA ADELANTE Y NO AVANZAMOS SI NO DEJAMOS MUCHAS COSAS ATRÁS"

lunes, 16 de mayo de 2011

.métamorphose

¿Cómo se puede ser alguien y no serlo al mismo tiempo? Dos viven dentro de uno, y un cuerpo para dos caminos no es suficiente. Lo dividido nunca va bien. Un pueblo dividido nunca funciona bien, un televisor en pedazos no sirve, un árbol en tres partes ya no es un árbol, un espejo en trizas ya es chatarra, y una persona en trizas también lo es. Creo que descubrí  lo que estoy esperando: la metamorfosis. Pensé que al cambiar de aire iba a cambiar el “switch” también, pero no, el modo “stand by” está encendido  y es tiempo de desactivarlo, es hora de mirar con otros lentes, con los que quiero mirar. Falta la transformación en uno, cuando tu mente está vulnerable y no sabes qué hacer y cómo ser, podrías ser cualquiera. Cuando te encargas de tu situación y tus manos están en el volante puedes ser quien tú quieras.
Cuesta tomar el control de nuestra propia vida, son muchos los factores por manejar, pero cuando pasa ocurre exactamente lo esperado, aunque quizás no de la forma precisa. De todas formas, recibimos lo que necesitábamos y quedamos satisfechos, tranquilos y felices. Es como si se hubiese llegado a la meta. ¿Y cómo llegar? ¿Cómo controlo los factores? Los hay de dos tipos: los internos y los externos. Los externos no dependen de mí, es el mundo que me rodea y su infinita posibilidad de abordarme como quiera. Los internos son un caos, pero al menos son míos. Aquí parto y aquí termino. Es el punto de partida y la meta. El vehículo: la fuerza interior.
Cuando pienso que todo va mal es porque realmente lo está, pero no tiene porqué quedarse así. No se va a quedar así. Después de pensar semanas parada frente a mí me doy cuenta de que aquí estoy, esperando volver a mi interior. Tomar el control de mi misma para poder influir en lo demás. Conocerme lo suficiente yo primero para luego responder al exterior. Así que esta vez se trata de eso, muchos caminos en mi interior, mucho desastre y múltiples posibilidades. Pero si sigo así no llegaré a ninguna parte, no valdrá la pena seguir. Es hora de la metamorfosis, ser una sola y ser la mejor de todas las que hay en mí. Podría seguir siendo un rompecabezas, pero no me quiero desarmar.
Seguir adelante. En el día a día de la guerra interior las horas pasan y me miran fijo. ¿Qué esperas? La calma, pero tengo que salir a buscarla. Es ahí cuando la fuerza interior es más fuerte que el campo de minas. Puede ser toda una tortura seguir así, en el vaivén de los pensamientos encontrados, en los ojos opacos y la piel descolorida; y no es mi ideal vivir así, no hay lugar.
Este tiempo ha sido duro y poco sensato, pero te vas dando cuenta de que lo que no ha llegado, lo que no ha pasado es porque aún no tiene que pasar; y lo que está pasando es la herramienta que debes tomar. Así que ésta es mi forma de ver la realidad, estos son mis lentes y hoy combinan con mi ropa. Es necesario pasar por lo difícil e incomprensible, para luego llegar a lo comprensible y confortable. De todos modos, mientras más caótico e insufrible sea el principio más placentero es el final, se saborea y se disfruta mejor porque se valora el dolor.
La transformación va ocurriendo y se toma un poco de cada una, cada parte rota aporta  a la unidad del alma, la fuerza interior la sella y repara. Comienzas desde un yo en pedazos para llegar a un yo en uno. Ahora el mundo no está tan cerrado, ves los caminos y te das la libertad de elegir, el exterior ya no parece tan hostil y amenazador, y el interior es seguro. Ve y pon un pie afuera, respira profundo y mira hacia el Sol.
Desde el momento en que emprendí el viaje he estado esperando ese momento. Llega cuando menos lo esperas, y claro, siempre tarda.