"PERO EL MUNDO SOLO CAMINA HACIA ADELANTE Y NO AVANZAMOS SI NO DEJAMOS MUCHAS COSAS ATRÁS"
sábado, 22 de mayo de 2010
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...hay cosas que nunca se borrarán, pero no está de mas dejarlas de lado por un momento; quizás sólo para vivir mejor, quizás sólo para ser feliz, quizás sólo para recordar cómo o a qué sabe la vida.
lunes, 17 de mayo de 2010
sólo descansa.
No tengas miedo amiga, imagino que pronto pasará, pasará la angustia de no tenerla junto a ti; pero también imagino que el dolor siempre queda y nos acostumbramos a vivir con él.
Hoy sabes que ha abierto sus alas y volado alto, tan alto que ya el sufrimiento es cosa del pasado, las trabas y el dolor no caben hoy en su alma y está libre, libre de toda amarra que la pueda dañar. Ahora toda ella es energía, pura y autárquica.
Imagino que hubieses querido retener cada momento junto a ella, cada segundo, cada instante, cada respiro. Difícil nadar contra la corriente.
Imagino también la sensación de soledad que pudo haber helado tu cuerpo al dejarla ir, imagino que el mundo entero se iba con ella. Pero un día dijiste: "Estamos hechos para sentir el dolor", y si duele será porque tiene que doler.
Tranquila querida, el mundo aún está contigo.martes, 11 de mayo de 2010
Para la Locura - (desconozco el autor)
Dicen de su voz que era tan bella que los mismos ruiseñores callaban, extasiados para escuchar su canto.
Dicen que sus ojos, pozos de agua de mar y estrellas, eran la casa de Amor y de su boca que escondía amapolas escarlata y diminutos alelíes blancos.
Dicen de su pelo, que lo bordaba el trigo del estío y el sol del ocaso y de su piel que era de agua de río.
Dicen que sus manos eran nieve y primavera, que su risa era traviesa como un pequeño fauno, que toda ella era luz salvaje y mansa a un mismo tiempo.
Dicen que era reina de fantasías y sueños y que no sabía mentir. Un claro de bosque y la luna eran su trono y su cetro.
Dicen que hubo muchos que la amaron y desgranaron lentamente su vida en noches de insomnio y días de tormenta por no poderla alcanzar. Otros tantos la odiaron. Y todos se mofaron de ella, porque no la llegaban a entender.
Y porque ya no querían verla, dicen también que murió, que una mañana cualquiera se disfrazó de mariposa, desplegó sus alas y quiso llevar su reino a la ciudad y dejar que los hombres la conocieran, pero los hombres, por amor o por odio, por ignorancia o por soberbia, al verla tan pequeña y tan débil, tan hermosa y tan temida, la atraparon con una fina red de cristal y rompieron sus alas queriendo mancillar así su belleza.
Dicen que la encerraron en una torre blanca, rodeada de tristezas y zarzas.
¡Pobres infelices hombres que dicen que ha muerto...! Que murió porque no tenía ni bosque, ni luna, ni canciones, ni amapolas, ni trigo, ni verano, ni río ni estrellas, ni mariposas, ni ruiseñores, ni mar. Y que sus ojos febriles y su mano lánguida solo pudieron aferrarse a la soledad.
Pocos saben que se vistió de tesoro y cambió de casa, que su trono y su cetro son el corazón de los niños y los versos de los poetas, y que se alimenta de las ilusiones de aquellos que tienen un sueño de aire y lo creen posible.
Pobres hombres infelices, que dicen que ha muerto y sin aún reconocerla la siguen rechazando y le han puesto el solo, triste y temido nombre de locura.
Dicen que sus ojos, pozos de agua de mar y estrellas, eran la casa de Amor y de su boca que escondía amapolas escarlata y diminutos alelíes blancos.
Dicen de su pelo, que lo bordaba el trigo del estío y el sol del ocaso y de su piel que era de agua de río.
Dicen que sus manos eran nieve y primavera, que su risa era traviesa como un pequeño fauno, que toda ella era luz salvaje y mansa a un mismo tiempo.
Dicen que era reina de fantasías y sueños y que no sabía mentir. Un claro de bosque y la luna eran su trono y su cetro.
Dicen que hubo muchos que la amaron y desgranaron lentamente su vida en noches de insomnio y días de tormenta por no poderla alcanzar. Otros tantos la odiaron. Y todos se mofaron de ella, porque no la llegaban a entender.
Y porque ya no querían verla, dicen también que murió, que una mañana cualquiera se disfrazó de mariposa, desplegó sus alas y quiso llevar su reino a la ciudad y dejar que los hombres la conocieran, pero los hombres, por amor o por odio, por ignorancia o por soberbia, al verla tan pequeña y tan débil, tan hermosa y tan temida, la atraparon con una fina red de cristal y rompieron sus alas queriendo mancillar así su belleza.
Dicen que la encerraron en una torre blanca, rodeada de tristezas y zarzas.
¡Pobres infelices hombres que dicen que ha muerto...! Que murió porque no tenía ni bosque, ni luna, ni canciones, ni amapolas, ni trigo, ni verano, ni río ni estrellas, ni mariposas, ni ruiseñores, ni mar. Y que sus ojos febriles y su mano lánguida solo pudieron aferrarse a la soledad.
Pocos saben que se vistió de tesoro y cambió de casa, que su trono y su cetro son el corazón de los niños y los versos de los poetas, y que se alimenta de las ilusiones de aquellos que tienen un sueño de aire y lo creen posible.
Pobres hombres infelices, que dicen que ha muerto y sin aún reconocerla la siguen rechazando y le han puesto el solo, triste y temido nombre de locura.
domingo, 9 de mayo de 2010
Despecho - Juana de Ibarbourou
¡Ah, qué estoy cansada! Me he reido tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.
¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?
¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reirme tanto...
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.
Tanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.
¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?
¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reirme tanto...
viernes, 7 de mayo de 2010
huellas del mundo.
¿y si mañana no pudiera sentir el sol de la mañana entrar por mi ventana? ¿y si mi último respiro me dejara sin aliento antes de ver por última vez el color del girasol? ¿y si no pudiera sentir el frío penetrar mi ropa mientras camino por la calle? ¿y si no volviera a escuchar esa canción que tan bien me hace sentir? ¿y si no pudiera ver la gente extraña que pasa por mi lado? ¿y si no pudiera saborear el café de las seis de la tarde que conversando sabe mejor? ¿y si las páginas de mi vida no volvieran a reflejar mi rostro? ¿y si no pudiera sentir mi pelo acariciar mis mejillas? ¿y si no pudiera soñar que mis metas se hacen realidad? ¿y si no pudiera volver a esperar las horas pasar?¿y si no pudiera verte sonreír nunca más? ¿y si no pudiera volver a percibir los murmullos del alma? ¿y si no volviera a ser parte del teatro de la vida? ¿y si no pudiera volver a ver la felicidad ante mis ojos? ¿y si no pudiera marchitarme con los golpes del día a día? ¿y si no hubiese otro día? ¿y si ya no pudiera ser parte de las huellas de este mundo? ...Estoy viva.
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